17/12/16

2016

Bob Weir - Blue Mountain
En el año en el que el panteón de los mejores se abrió de par en par, Bob Weir demostró que se puede hacer música arrugada y valiosa, valiente en su relectura de la tradición. Puede que Blue Mountain mire al pasado con sus historias de cowboys, sin embargo se mantiene erguido gracias a la ayuda prestada por los músicos de The National. El río fluye en canciones como Only a River, Whatever Happened to Rose o Storm Country. La guinda la pone una One More River to Cross que embriaga y purifica el alma.
      

William Tyler - Modern Country
Con sus guitarras en zig-zag y sus ritmos cadenciosos William Tyler ha conseguido trazar el mapa de un continente silencioso, como si quisiera dar voz a aquellos que nunca la tienen. Así, Kingdom of Jones se transforma en un himno de resistencia, Sunken Garden asoma como un oasis en mitad del sur norteamericano y The Great Unwind suministra la dosis necesaria de esperanza. El resultado es un viaje fascinante por la América de carreteras secundarias y pueblos abandonados.      


Okkervil River - Away
Bautizar la primera canción de tu nuevo disco con el nombre de tu banda seguida de las letras "R.I.P." tiene algo de provocador. No, este no es el final de Okkervil River, por si alguno se lo estaba preguntando. Más bien se trata de la extraña manera que tiene Will Sheff de decir que, aunque algunos se habían olvidado de ellos, siguen ahí, sacando discos tan efervescentes, inabarcables y bien hilados como Away. Pornografía sentimental de envoltorio pop para tiempos difíciles. 


Peter James Millson - The Red Café
Responsable de las portadas de Danny & The Champions of The World, cuando Millson decidió cambiar la cámara por la composición musical terminó echando mano del propio Danny para encargarse de la producción. Sin embargo aquellos arreglos soul marca de la casa no terminaban de encajar en la música de Millson. Ahora el británico contraataca con un disco que bebe de la escuela de los grandes orfebres del pop anglosajón. Ben Watt, Robert Forster, Lloyd Cole. Exquisito y redondo.


Freakwater - Scheherazade
Salvajes, inquebrantables, Catherine Irwin y Janet Bean siempre prefirieron la versión más cruda del country. No es de extrañar, pues, que cuando la música de raíces se convirtió en tendencia a comienzos de la década pasada ellas decidieran bajarse del tren. Ahora regresan con su primer disco en una década. El planteamiento, por suerte, sigue intacto. Historias trágicas y armonías rotas, cabalgadas a lomos de una tradición que permanece imprevisible en las voces de Irwin y Bean. Un disco para navegar a contracorriente.  


Robbie Fulks - Upland Stories
No se dejen engañar por el aspecto sobrio de las canciones de Fulks. Tampoco por esa fachada bonachona, eterna, que muestra en la portada de Upland Stories. Su corazón sigue siendo forajido. Sin ir más lejos su interpretación de America is a Hard Religion podría servir para poner banda sonora a estos tiempos turbulentos en el país de las barras y las estrellas. Latigazos bluegrass (Katy Kay), hechuras soul (Sweet as Sweet Comes) y dulzura folk (Needed) completan esta obra maestra del género vaquero del siglo XXI.


Kevin Morby - Singing Saw
Si Moonshiner, sencillo editado en los amenes de 2015, era una buena muestra de lo que Kevin Morby era capaz de hacer, Singing Saw confirma que estamos ante de uno los mejores nuevos talentos de nuestro tiempo. En él encontramos arreglos de cuerda de ensueño (Drunk and On A Star) y canciones sensuales (I Have Been to the Mountain), nanas para noches en vela (Water) y ritmos que podría haber firmado el mismísimo Caetano Veloso (Black Flowers). Y por encima de todo, Dorothy.


Hiss Golden Messenger - Heart Like A Levee
Que vaya por adelantado que en esta casa veneramos la música de Mc Taylor y los suyos hasta el punto de considerarlos la mejor banda en lo que llevamos de década. Algo que hemos podido comprobar en sus dos últimas visitas a Londres y que el propio músico norteamericano se encarga de rubricar en este Heart Like a Levee, continuación del inconmensurable Lateness of Dancers. Una colección que mantiene sus mejores virtudes añadiendo nuevos matices eléctricos. Pluscuamperfecto.    


Richmond Fontaine - You Can't Go Back If There's Nothing To Go Back To
La banda de la frontera cierra sus veinte años de andadura con una nueva historia de parajes abandonados y tipos que se refugian en bares de segunda. Nada que no hubiéramos escuchado ya en el exquisito cancionero de Vlautin y los suyos, vale. Sin embargo -quizás sea el aroma a despedida- el cuarteto firma en este You Can't Go Back... su novela más honda y contenida, árida a ratos, emocionante la mayor parte de las veces. Buen viaje, Richmond Fontaine.


Leonard Cohen - You Want It Darker
Ay, ese cigarrillo. Ahora que Cohen nos mira desde el otro lado de la ventana uno nota su música un poco más mundana, incluso más prosaica. De hecho You Want It Darker, con ese humor negro desde el mismísimo título, se ha terminado convirtiendo en nuestro favorito de la trilogía de la arruga. Será que la pluma de Cohen brilla más cuando se sabe libre, ni muy cercana al blues ni al calor del gospel, ni heredera del folk, el soul o el rock. Y es que eso es You Want It Darker, canciones sin adjetivos, sencillez musicada.


Quique González & Los Detectives - Me mata si me necesitas
A Quique le ha salido una colección de aroma norteño, con un pie en el folk pero sin perder la garra que había mostrado en el sobresaliente Delantera Mítica. Composiciones que tan pronto se desnudan (Cerdeña) como se convierten en un derechazo de alegría rockera (Relámpago), pequeñas escenas vitales de un autor que, superados los cuarenta, ha logrado manejar con destreza el arte de la composición. Con Quique siempre nos sentimos como en casa.


Drive-By Truckers - American Band
La relación de los Truckers con Estados Unidos nunca ha estado exenta de ambigüedad. Hijos de la mejor tradición musical sureña, muchos vieron en ellos la continuación de la estirpe confederada a lo Lynyrd Skynyrd y compañía. Nada más lejos de la realidad. Cooley y Patterson pueden hundir sus raíces en Alabama, pero son capaces dar un sopapo a los tópicos con canciones como What It Means o Ever South. American Band son riffs y canciones para un país a media asta, himnos para cantar con el puño en alto, lucha y esperanza.    


Hayes Carll - Lovers and Leavers
En una ruta norteamericana llena de songwriters de tres al cuarto y escritores de canciones aupados a la categoría de "nuevos Dylans", Hayes Carll sigue la única sacrosanta regla del escritor de canciones: ser honesto, hablar de lo que uno sabe. Para ello el norteamericano se apoya en su reciente divorcio y posterior paternidad para contar sus historias cotidianas, relatos de amistades y sufrimientos diarios. Disco a colocar en el mismo estante que el Southeastern de Jason Isbell o los recientes álbumes del desaparecido Guy Clark.   


Van Morrison - It's Too Late To Stop Now Volumes II, III & IV
Posiblemente no haya pedazo de música editado en este 2016 que se acerque a esta caja de tres discos estratosféricos. A la altura de grandes directos de la época como el Rock of Ages de The Band o el Live at Hammersmith Odeon de Springsteen, esta reedición muestra toda la baraja del de Belfast: desde el rugido hasta el susurro, pasando por el blues clásico o la mística de las mejores noches. Imposible quedarse con una sola interpretación. Into The Mystic.


Soul Gestapo - Point of No Return
Aunque editado en los últimos compases de 2015, Point of No Return ha terminado convirtiéndose en refugio sonoro de la temporada con su rock oxidado y directo. Tras intentarlo con la producción de Hendrik Rover en su anterior LP, los cántabros Soul Gestapo se quitan el barro de las botas y pisan el acelerador. Desde el salpicadero salen ecos de los Flamin' Groovies, Neil Young y Graham Parker. Producto nacional sin nada que envidiar al material importado desde el otro lado del Atlántico. 


The I Don't Cares - Wild Stab
Lo que parecía un simple pasatiempo, una manera de curar las heridas del reciente reencuentro con sus compañeros de The Replacements, se ha terminado convirtiendo en un álbum con todas las de la ley. Puede que Wild Stab peque de puntadas desenfadadas, incluso de un cierto amateurismo. Pero ahí está precisamente su gracia. Un disco de rock&roll a la vieja usanza, para aparcar los problemas por un rato. Paul Westerberg y Juliana Hatfield mano a mano firmando un puñado de melodías adictivas.


Lucinda Williams - The Ghosts of Highway 20
Seamos francos: Lucinda nunca ha cantando tan bien como en estos dos últimos discos. Quizás sea el ambiento relajado que se desprende de las grabaciones, quizás sean esas canciones sin principio ni final. Si Down Where The Spirit... mostraba su vena más rockera y oxidada, The Ghosts es su reverso oscuro, una especie de Nebraska para escuchar a la luz de medianoche. En él hay mucho folk y algún que otro fado, cante hondo, desnudez sentimental y una canción en la que quedarse a vivir titulada Louisiana Story.


Pájaro - He Matado Al Ángel   
En la coctelera de Andrés Herrera caben el surf-rock y la canción italiana, el tango más canalla y la melodía más infernal. Él es nuestro Lead Belly, la sonrisa luchadora del blues, el Roy Orbison del bar de cubata de tubo. Su cancionero parece hecho para esos minutos previos a una ejecución en la plaza del pueblo, aunque a ratos nos traslade a la cantina más alegre del desierto. Esa es la grandeza de Pájaro. Media sonrisa y la tradición gitana por bandera. A Andrés Herrera no se le resiste ni nada ni nadie.  


Ruper Ordorika - Guria Ostatuan
No se dejen asustar por el verbo de Ruper Ordorika, detrás de sus versos escritos en lengua vernácula se esconde un compositor mayúsculo, que a ratos recuerda a Ron Sexsmith (aunque Ruper supere en canas al canadiense), también a nuestro desaparecido Antonio Vega. Un autor con más de un cuarto de siglo a las espaldas que demuestra que la belleza no entiende de idiomas. Escuchen canciones como Mare Nostrum o Zatoz y recuperen discos como So' Ik So' o Hautsi Da Anphora. Uno de los grandes.


Ryley Walker - Golden Sings That Have Been Sung 
Sin necesidad de apartarse de sus referentes habituales, Ryley Walker ha logrado encontrar una voz propia en este tercer elepé. Vale, John Fahey, Tim Buckley y demás luminarias del jazz-folk permanecen en el retrovisor, sin embargo Walker parece haber cogido la estela mágica de nuestro adorado Bill Callahan. Ya no se trata simplemente de hacer melodías bonitas, si no de ser capaz de escribir canciones tan redondas como The Roundabout Funny Thing She Said. Hipnótico.


Iggy Pop - Post Pop Depression
Vale que Josh Homme ha tomado todos los ingredientes de la época clásica de Iggy Pop y, tras pasarlos por la batidora moderna, les ha dado una capa de barniz sin apenas despeinarse. Vale que incluso los guiños a la época berlinesa son demasiado evidentes. Pero claro, a ver quién es el rockero que se resiste a canciones como Sunday o Gardenia. Hacía años que La Iguana no sonaba de manera tan rotunda y suelta. Él, en su salsa; y la banda, brillante. ¿Qué más se le puede pedir a un disco de Iggy?   


Tracy McNeil & The GoodLife - Thieves
Llegada desde Australia, el material que factura Tracy McNeil puede recordar a los viejos cánones del country-rock de los setenta. Incluso a cualquier banda a que pueble el mapa de carreteras norteamericano. Sin embargo canciones tan bien ensambladas como Paradise o Little Relief bien merecen una escucha atenta. Puede que sean esos ecos a las viejas canciones de Linda Rondstat, puede que sea esa manera de acercarse a nombres actuales como Tift Merritt o Shelby Lyne, pero Thieves nos gusta. Y mucho.


Big Thief - Masterpiece
Sonido sucio, neoyorquino y guitarrero. Deslabazado a ratos, majestuoso como en el tema que da título al disco, el debut de este cuarteto de Brooklyn tiene mucho de la PJ Harvey de los noventa, de esa época dorada de la música independiente en el que sólo hacía falta juntarse con un par de guitarras en un garaje para montar una banda. No faltan tampoco desvíos a lo Sonic Youth o contrapuntos melódicos como los que salen de la voz de Adrianne Lenker. Bendita juventud.


Chris Forsyth & The Solar Motel Band - The Rarity of Experience
Como si los Crazy Horse se hubieran pasado de rosca o directamente se hubieran ido de viaje lisérgico por el rancho de Neil. Así suena este magnus opus de Chris Forsyth y su Solar Motel Band. Un disco que a pesar de superar con holgura la hora de duración nunca se hace cuesta arriba. Déjense llevar por las guitarras majestuosas de Forsyth. A cambio recibirán emociones fuertes y viajes siderales, cabalgadas sin tregua y un catálogo de piezas inagotables.


Bantastic Fand - Welcome to Desert Town 
Desde que los viéramos en acción en el patio de armas del castillo de Frías la formación almeriense se ha convertido en banda sonora imprescindible de la temporada. Canciones con aromas al viejo oeste pero que miran de reojo a la costa mediterránea, arreglos tratados con mimo y ese fraseo tan característico de Nacho Para. Prueben a quedarse colgados entre las últimas notas de Welcome to Desert Town y las primeras de Find The Door. O canten casi susurrando esa nana titulada Muses. ¡Bantástico!

    

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